Los viernes me muero un poco,
Hasta entrar la madrugada
En que duermo y respiro.
Todo el sábado es sufrido y suspiro
Agonizando otro tanto,
Hasta despertar en tus brazos.
Llevan flores los domingos a mi tumba
Algún extraño, cierta amante,
Entre árboles de invierno y letras secas.
La rutina me devuelve a la existencia,
Trasfundido de esperanza
Igual he entregado mi amor.