jueves, 1 de marzo de 2018

Instinto


Siento todo a mi redor.
Invisibles, afiladas, certeras espadas,
tajantes, perpendiculares;
la sangrante carne viva van partiendo.

Doble filos,
esquizofrénicos puñales
en las manos hábiles del mejor guerrero
guiadas por el peor asesino, un ente.

Son docenas de incontables,
millones de serpientes entrenadas,
incitadas y excitadas con venganzas.

Pensamientos que trepanan,
morteros venerados que desgarran
y que adornan las murallas de los cielos,
de mi espacio, de los montes,
erigiendo escalones en todas direcciones.

A las aguas que se beben envenenan,
las corrompe, las condena al destierro.

Con el vino de las carnes de la mente
va tiñendo las ideas más oscuras,
las que bajan al infierno y se elevan,
las que viven en el alma y en las manos;
viejas manos que miran y atraviesan,
apretando bien los frutos que están verdes
y descansan como ríos en el cuerpo.

Todo siento desde fuera y hacia dentro
y ante todo no se doblega el alma;
aún así, inconsciente se defiende
sin saber hacia dónde sopla el viento.


                           Paul Gasê

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