domingo, 7 de agosto de 2011

Musas





¿Cuál es la musa que me inspira y  me deleita en amores;
 que me libra de temores y provoca en mi pasión;
 que me lleva hasta otros mundos y me acerca hasta tu mano;
 que me alcanza tu perfume y me da consolación?

¿Qué es eso que en mi nace y a la vez hace que muera
 cuando expreso a mi manera lo que sufre el corazón?
¿Qué es aquello que desata, que amordaza, que penetra,
 que destroza, que te eleva y te devuelve la razón?

¿De donde fluye ese mito que hace sabias las torpezas;
 que a los genios da certezas de expresar la creación?
¿Dónde  habita y se esconde la que cultiva emociones cosechando pensamientos;
 la que da el entendimiento para escribir mi canción?

¿Quién es aquella que elige a quien regalar los versos
 obsequiando el privilegio de a las mentes conquistar?
¿Cuál es la chispa secreta que moviliza la pluma
 y  hace que la tinta asuma en que versos quedará?

¿Que será esa llama antigua que a muchos da su energía;
 que da prosas, poesías, que da ritmo a la expresión?
¿Cuál es el aliento eterno que pone vida a las mentes
 para brindar con deleite su especial revelación?

¿Cuál es la fuente, la vena, cual es el lumen, el estro, 
 de donde viene esa magia, que capacita a un maestro?
¿Cuál es el nombre de ella, es Calíope, es Euterpe;
 de las doctas ninfas griegas, de que diosa es que provienes?

¿Cuál es el hechizo íntimo que despierta inspiración?
¿Es la angustia, la paciencia, es el odio, es el amor,
 es la ausencia o la conciencia, es el morbo o el dolor;
 es quizás la cobardía, o es la cumbre del valor?

¿Qué es eso tan sensible, ese brote humilde y puro
 ese saco de designios que derriba todo muro?
¿Es la lluvia, es el viento, el lamento, es la risa;
 o es el brillo de tus ojos que me apresa y me acaricia?

¿Es un cumulo de abstractos, un palpado corazón,
  es un mundo de esperanzas o de cruel desilusión;
  una luna, muchos soles, multitudes, compasiones,
 decepciones, simples entes, o son más de mil pociones?

Son todas ellas y ninguna en conjuntos o de a una.
Todas valen todas pesan y no tienen condición.
Lo cierto es que a logrado que en ella pueda pensar
intentando descubrir el misterio de soñar.

                            
                                                          Paul Gase

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