martes, 14 de enero de 2014
Sin olvidos
Volvió a llover esta tarde.
El rio se instituyó con el llanto anochecido
y nada ya lo detuvo.
Está decidido que el sol
no nace igual dos veces
porque lo absurdo del tiempo
sería tan irrevocable como sublime,
pero obviaría la vida como la conozco.
El aire no mejoró,
pero pareció agobiar menos el recuerdo.
Las gotas sobre la cepa vencían sus hojas
más que la gravedad y tornaron se tristes.
Fue mejor pues entonces el sueño y el reposo,
ideal útil para nuestro onírico encuentro,
así, nos volvimos a ver,
y ya no pude olvidarte.
Paul Gase
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