viernes, 22 de mayo de 2015

el olvido



Tu sombra ya no huye de mi luz
Y la luna no acude cierto a mi ruego
De alertarte, de invitarte a que me pienses,
Que me rondes, que compartas mi deseo.
 
 
Esta noche he perdido la esperanza
La paz, la calma, el sueño, el aliento,
La costumbre de nombrarte hasta  llorar
Y respirarte hasta  agotarse el viento.
 
 
Mi mano de silencios está fría
Tu mejilla se ha olvidado de mis besos
Y mi alma el pensamiento no descansa
En los trigales frescos de tu cuerpo.
 
 
¡Ay! mi dueña… ¡ay! mi amada
Si tan solo recordaras que te he amado,
Que pecamos y rezamos junto al alba.
¡Que destino más perverso me ha tocado!
 
 
                            
                                        Paul Gase

No hay comentarios:

Publicar un comentario