Tomo del dulce
licor que me ofrece la ilusión
Y estoico concibo
todo aquello que me turba, solemne,Canto sus odas, en cuales nombro al corazón.
Sádico, el dios del sueño, con artificio me entretiene.
Ante la jugada de
despertar rodeado en caricias
La puerta
iluminada y oscura se cierra detrás.Destruye sin piedad sus ojos picantes, delicias.
Quiebra su sonrisa como cristal entre el azar.
Se arrastra una
vez más mi pasión ante esa luna,
La que cambia el
pronombre de su dueño y la miradaReprimiendo la palabra que desata toda lucha,
Eligiendo otro mártir sol para quemar su enramada.
Paul Gasê