lunes, 6 de agosto de 2018

último asalto




Una vez más, dolido y golpeado el púgil durmió rendido recordando. Era el segundo round. El primero me fue favorable legítimamente. No hubo golpes bajos ni creía que ganaría por knock-out, siempre apunte a la destreza para mejorar la puntuación de mi rival. Promediando el asalto baje la guardia y sentí en la mandíbula el golpe certero. No fue violento, fue exacto y fue mi propio descuido más letal que la derecha de mi oponente. Caí  a la lona, desconcertado, vulnerable; la cuenta llegaba a su fin cuando la campana salvó mi pellejo. El siguiente asalto, lo manejó el rival, magistralmente, siempre tuvo el control y brindó la posibilidad de que recompusiera mi parada y mi estrategia, pero siempre tuvo el control. Los siguientes periodos de lucha, fueron desiguales, a tal punto que jugó conmigo como gato saciado con el pobre ratón herido.
Intenté remontar el beso a la lona e intentar besar la corona. En eso el tiempo se congeló y algunas glorias se pasearon a mí alrededor. Caído en una batalla, mas sin dejar el alma no me sacaran del cuadrilátero. De pié resistiré y daré pelea. Solo déjame pelear por ese título sin forzarme estrategias ajenas. He de ganar por mi mismo o perder con honor. He de morir con la mía, la de siempre.

                                           Fragmento de ¨Je Suis Désolé¨ - Carta a mi conciencia, de Paul Gasê

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